Camille Rodríguez: "… Creo que también fue un mecanismo para que yo me quedara, pero para mi no había opción”



De sus años en Venezuela, Camille vivió los últimos 3 en Caracas. Estudiaba en la Universidad Católica Andrés Bello el 1er semestre de Comunicación Social. 

La particularidad de su caso es que, como muchos venezolanos, día a día se enfrentaba la insegura realidad de Venezuela en el transporte público. Vivía entre San Bernardino y El Hatillo, no tenía carro así que le tocaba trasladarse en bus, metro o taxi por toda Caracas.

“Siempre quise estudiar fuera de Venezuela, la única opción de estudiar en Caracas hubiese sido para mí, la UCV. De hecho, me inscribí en la UCAB porque me tocaba esperar un año para irme mientras hacía todos los trámites para aplicar a las universidades afuera y mi mamá decidió que la mejor manera de aprovechar el tiempo era inscribirme en la Católica… Creo que también fue un mecanismo para que yo me quedara, pero para mi no había opción”.

Todo el proceso de salida y el papeleo fue bastante cuesta arriba, porque ella se rehusó a pagarle a un gestor por hacer todo el trabajo -normalmente, quien tiene que hacer estos trámites contrata a otra persona que haga los viajes, entregue los documentos en el Ministerio y luego los devuelva legalizados y apostillados- “Me iba a las 5 de la mañana con mi abuelita a los Ministerios en el Centro de Caracas, hicimos cola para poder tener todos mis trámites sin gestor, a lo ‘común y silvestre’…"

Su primera opción era irse a los Estados Unidos, porque aunque no le encantaba la idea, tiene familia allá y sería más sencillo a la hora de establecerse y adaptarse. Pero la universidad en EE.UU era muy costosa y Camille no la podría pagar. Entonces optó por su segunda opción: “Mi segunda opción fue Francia… que en realidad me gustaba mucho más que la primera. No fue algo premeditado… Para mí era como cumplir un sueño porque había estado ahí en varias oportunidades, pero nunca lo vi como una alternativa para mi futuro porque no lo veía posible”.

Camille se mudó a Lyon, pero el primer día llegó a París. “Es una ciudad enorme, muy abrumadora… Y el primer día estando sola en París fue muy ‘heavy’, sin embargo, me sentí muy bien, me sentí libre”. 

Llegar a Lyon, como toda persona que emigra, fue complicado para Camille. Sobre todo porque no hablaba muy bien francés. “Llegué a la residencia donde iba a vivir y el dueño del lugar llegó tarde,  todo fue ‘complicadísimo’, yo no tenía teléfono pero obviamente al final las cosas salen bien” dice Camille. 

“A nivel emocional siempre es difícil irse. En el avión Caracas-París lloré bastante. Pero yo sabía que no me podía quedar, no creo que hubiese llegado a ser tan feliz como soy ahorita… Además, desde que me fui no ha existido un día en el que me arrepienta, ha sido la mejor decisión que he podido tomar y me he sentido muy bien. Si tuviese que decidir de nuevo, me iría mil veces más. No me quedaría bajo ninguna circunstancia”. Camille no niega que le hace falta su familia, como a todos, pero eso no es un gancho para regresar a vivir en Venezuela.

“Me encanta Lyon, me siento muy bien como estoy, es mi hogar… En esa ciudad me siento más ‘en casa’ que en cualquier otro sitio”.

“Desde ese primer día en Lyon, siento que he progresado muchísimo. No solo como extranjera al aclimatarme a un nuevo país en el que estoy viviendo, sino en general como persona. Soy una persona completamente distinta a lo que era en el 2014,  y eso me alegra muchísimo, siento que uno siempre cambia y crece a nivel personal.

¿Qué extraño de Venezuela? A mi familia, amigos y los recuerdos… A veces me dan como unos ataques 'locos y raros', porque extraño cosas de Venezuela que no son importantes o bonitas: Me pasa que el metro de París tiene vagones muy parecidos a los del Metro de Caracas y cuando he estado ahí (París) siento que estoy en el Metro de Caracas y extraño los momentos que viví cuando estudiaba en la UCAB e iba hacia la universidad en esos vagones  con mis amigos… Fueron bonitos momentos".

Algo que Camille sí cambiaría son las ‘mil doscientas’ veces que se ha mudado de apartamento en Francia. “Al principio fue muy complicado porque uno siempre llega y paga la ‘novatada’: a mi me negaron CADIVI y el lugar al que llegué era muy costoso, no lo podía pagar, solo estuve un mes. Esto de ir a una residencia fue porque en Francia, para alquilar un apartamento te piden tener un fiador que tiene que ser francés, y obviamente yo, siendo estudiante extranjera del idioma no tenía ese fiador.  Todavía -a seis meses de terminar mi carrera universitaria de Comunicación- no lo tengo. Nadie quiere ser fiador de nadie porque es cargar con la responsabilidad de que si la persona no paga la renta, te toca a ti (fiador) pagarla, y a ninguna persona le conviene esto.

Después de ese primer mes, me mudé a una residencia -le decíamos Resident Evil- fue soportable los 7 meses que viví ahí, porque la mayoría de mis amigos en ese momento vivían en esa misma residencia. Siempre estaba con ellos, íbamos y volvíamos juntos a la universidad, y la pasé muy bien”.

Camille se mudó más adelante a una zona muy bonita de Lyon, pero el apartamento al que llegó no estaba en buen estado, la dueña del apartamento -que no vivía ahí- llegaba cuando quería y sin avisar “eso no me gustó, y además compartía el apartamento con una chica que era muy descuidada y no podía vivir así, entonces decidí mudarme”.

Consiguió entonces un apartamento ‘increíble’ en el centro de la ciudad, a muy buen precio, vivía bien… Pero decidieron vender el apartamento y le tocó mudarse otra vez. 

“Me mudé a un lugar muy pequeño, de 18 metros cuadrados: mínimo… Tenía la cama en una buhardilla arriba. Era un apartamento remodelado y eso me gustaba mucho, en una zona muy ruidosa en el centro de Lyon. Esto era conveniente porque caminando a 7 minutos estaba en la estación más céntrica del metro. No me ha gustado para nada tener que moverme tanto de una casa a otra, hubiese preferido encontrar desde el inicio un buen sitio y quedarme todo el tiempo ahí, pero las cosas no son siempre como uno quiere”.

Cuando vuelva a Lyon en junio -ahora está viviendo en Atenas de intercambio- le tocará volver a encontrar un nuevo apartamento, esperemos que todo salga bien.

Camille recomienda a otras personas informarse bien de muchas cosas antes de llegar a un sitio nuevo. Muchas de las personas que están emigrando de Venezuela ahorita, o en los últimos años, no buscan bien lo que quieren, solo se quieren ir, cosa que es entendible por la situación que se vive en el país. “Como el típico cuento de la tía que te escribe diciéndote que ‘la nieta de fulanita se quiere ir para Francia, para que le des unos tips’… 

Y obviamente no me molesta darles tips que no aparecen en Internet, cosas del día a día, pero la gente a veces no busca y esperan que uno les haga la diligencia de averiguar las universidades, las carreras que pueden estudiar, hacer el test psicológico, entre otras cosas. Puedo darles recomendaciones sin ningún problema, pero es eso, no me gusta que la gente sea cómoda y espere que alguien más haga las cosas por ellos”.

“Para finalizar, quiero recalcar que estoy muy feliz de la decisión que tomé, volvería a escoger Francia siempre, me alegro de tener las oportunidades que he tenido, de trabajar en donde he trabajado, de conocer todo lo que he conocido… Y sobre todo, estoy muy agradecida con mi familia porque me han apoyado muchísimo desde el primer momento, siempre han estado ahí para mi, mi tía siempre atiende al teléfono cuando necesito consultarle sobre una decisión, mis abuelos y tíos que siempre han estado ahí, mis padres por supuesto que están siempre a ‘pie de cañón’ conmigo…

Estoy muy agradecida con la vida por los amigos que he conseguido, a donde voy siempre encuentro buenas personas, mis amigos de Lyon no tienen precio y los quiero muchísimo porque han estado en las buenas y en las malas, son mi familia. Me tuvieron que operar del corazón hace año y medio, y mis amigos Andreea y Yoann me fueron a buscar al hospital, estuvieron conmigo… En fin, en general estoy muy agradecida por tenerlos a ellos y a mi familia”. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Brunella Piccionello: "Lo más difícil ha sido vivir con la ausencia de los abrazos de la gente que amo..."

Paul Morris Parte 1: "Si eso es lo que quieres hacer con tu vida, tu tienes que hacerlo, tienes que hacer que eso pase”